
Como Edith
De: Edgar Ceballos
Como Edith: Michelle Rogel
Puesta en escena: Carlos Robles Cruz
Asistente de dirección: Lidia González
Producción: Escenología
Escenografía e iluminación: CRC
Fotografía: Charles Oaks
Después de dedicar veinticinco años de su vida al cuidado de su madre enferma, ahora a los cincuenta años de edad y tras la muerte de su progenitora, Edith se cuestiona su pasado, deambula en su presente y divaga en relación a su futuro.
Sola y refugiada en las canciones de Edith Piaf; reclama, maldice y se burla de su propia existencia, evocando los espectros que la han acompañado desde siempre.
Con un tratamiento expresionista, “Como Edith” de Edgar Ceballos, nos induce necesariamente a la reflexión sobre cómo los padres pueden atar a los hijos a sus propias necesidades, sin permitirles la libertad de ser ellos mismos. ¿Los hijos son engendrados para cuidar a sus padres?
Cómo Edith es una obra sensible y humana que nos acerca a una situación común: la relación entre padres e hijos y sus responsabilidades mutuas.
De: Edgar Ceballos
Como Edith: Michelle Rogel
Puesta en escena: Carlos Robles Cruz
Asistente de dirección: Lidia González
Producción: Escenología
Escenografía e iluminación: CRC
Fotografía: Charles Oaks
Después de dedicar veinticinco años de su vida al cuidado de su madre enferma, ahora a los cincuenta años de edad y tras la muerte de su progenitora, Edith se cuestiona su pasado, deambula en su presente y divaga en relación a su futuro.
Sola y refugiada en las canciones de Edith Piaf; reclama, maldice y se burla de su propia existencia, evocando los espectros que la han acompañado desde siempre.
Con un tratamiento expresionista, “Como Edith” de Edgar Ceballos, nos induce necesariamente a la reflexión sobre cómo los padres pueden atar a los hijos a sus propias necesidades, sin permitirles la libertad de ser ellos mismos. ¿Los hijos son engendrados para cuidar a sus padres?
Cómo Edith es una obra sensible y humana que nos acerca a una situación común: la relación entre padres e hijos y sus responsabilidades mutuas.
Notas del director.
Desde que inicie la lectura de “Como Edith” de Edgar Ceballos, empezaron a llegar las primeras imágenes y sensaciones. Una mujer de cincuenta años aproximadamente que había dedicado la mitad de su vida al cuidado de su madre, se presentaba como un personaje interesante y atrayente. Por otro lado, el texto propone un solo personaje en escena; asunto que se tiene que trabajar eficientemente para lograr que el público se interese en la historia, se identifique y vibre intensamente, en este caso con Edith.
El conflicto dramático se desarrolla en el momento en que Edith encara la muerte de su madre, su gran vacío existencial y por ende su incertidumbre hacia el futuro. Consideré entonces adecuado trabajar la puesta en escena alejándola del realismo. No quería una Edith sumergida en el melodrama, más bien se asomaba un personaje extraño; una mujer perdida en la maraña de sus recuerdos revueltos; atascada en un amor frustrado; agitada en sus falsas ilusiones de ser una cantante famosa como Edith Piaf; embarrada del odio y rencor a su madre; llena de frustración y contradicciones. Una Edith un tanto esquizofrénica, repasando su vida desde diferentes actitudes: Edith romántica, Edith cantante, Edith agresiva, Edith frustrada… Era necesario generar las condiciones para que el personaje pudiera enfrentar a sus espectros, por lo que me pareció adecuado trabajar en dirección del expresionismo. El monólogo se convierte en una sonata en la que Edith encara a su madre, ama a Marcel hasta la muerte, conversa con Edith Piaf como cantante, habla con su público imaginario y, finalmente dialoga con ella misma. Así tenemos que Marcel, la madre y Edith Piaf, aparecen en escena también.
Entremos pues, al mundo interno de este personaje que al igual que muchos de nosotros trata de encontrarle sentido a su vida repasando su historia personal, tratando de unir pedazos de existencia acumulados como recuerdos, ante un presente ambiguo y un futuro incierto, que la llevan a desear ser “como Edith”.
Carlos Robles Cruz
Desde que inicie la lectura de “Como Edith” de Edgar Ceballos, empezaron a llegar las primeras imágenes y sensaciones. Una mujer de cincuenta años aproximadamente que había dedicado la mitad de su vida al cuidado de su madre, se presentaba como un personaje interesante y atrayente. Por otro lado, el texto propone un solo personaje en escena; asunto que se tiene que trabajar eficientemente para lograr que el público se interese en la historia, se identifique y vibre intensamente, en este caso con Edith.
El conflicto dramático se desarrolla en el momento en que Edith encara la muerte de su madre, su gran vacío existencial y por ende su incertidumbre hacia el futuro. Consideré entonces adecuado trabajar la puesta en escena alejándola del realismo. No quería una Edith sumergida en el melodrama, más bien se asomaba un personaje extraño; una mujer perdida en la maraña de sus recuerdos revueltos; atascada en un amor frustrado; agitada en sus falsas ilusiones de ser una cantante famosa como Edith Piaf; embarrada del odio y rencor a su madre; llena de frustración y contradicciones. Una Edith un tanto esquizofrénica, repasando su vida desde diferentes actitudes: Edith romántica, Edith cantante, Edith agresiva, Edith frustrada… Era necesario generar las condiciones para que el personaje pudiera enfrentar a sus espectros, por lo que me pareció adecuado trabajar en dirección del expresionismo. El monólogo se convierte en una sonata en la que Edith encara a su madre, ama a Marcel hasta la muerte, conversa con Edith Piaf como cantante, habla con su público imaginario y, finalmente dialoga con ella misma. Así tenemos que Marcel, la madre y Edith Piaf, aparecen en escena también.
Entremos pues, al mundo interno de este personaje que al igual que muchos de nosotros trata de encontrarle sentido a su vida repasando su historia personal, tratando de unir pedazos de existencia acumulados como recuerdos, ante un presente ambiguo y un futuro incierto, que la llevan a desear ser “como Edith”.
Carlos Robles Cruz